Hoy toca hablar del algodón, esa fibra sensible que lleva vistiendo a la humanidad desde hace miles de años. En Dabooty siempre hemos apostado por ella, en su versión más natural y orgánica, para confeccionar nuestra ropa interior. Porque no sólo queremos que mole mogollón. Nos preocupamos de que tu segunda piel aporte más que comodidad y protección. Cuidar el medio ambiente, dar la mano al comercio justo, eliminar químicos y tintes contaminantes en la producción… son algunas de las razones por las que usamos algodón orgánico.
Primero pongamos en contexto al protagonista y a su larga historia.
¿De dónde viene el algodón para la ropa?
El algodón es una planta que pertenece al género Gossypium. Existen muchas especies o variedades diferentes, debido principalmente a que su cultivo se ha extendido en todo el mundo. Suele alcanzar entre 0,8 y 1,5 metros de altura en función de su variedad y región. Donde sea que se cultive, el objetivo es aprovechar las fibras que envuelven la semilla.
Está presente en todas las zonas subtropicales y las características de la fibra están condicionadas por el clima de la región y la variedad de algodonero del que se extrae. Su nombre original es árabe, “al qutn”, ya que lo más probable es que procede originalmente de Oriente Próximo y del Valle del Nilo.
Es una fibra que se puede trenzar en hilos muy fácilmente por lo que su uso se ha generalizado en todas las culturas a las que ha llegado. Es resistente, con gran capacidad absorbente y se puede lavar y teñir fácilmente. Por eso se utiliza para elaborar cualquier tipo de prenda en cualquier contexto textil.
Los hebreos ya lo usaban para fabricar tejidos (no lo digo yo, se menciona en La Biblia), aunque es complicado saber en qué momento exactamente. Estudios científicos han datado fragmentos de fibras y semillas halladas en el valle de Tehuacan (México) con una antigüedad de 7000 años. Hablamos de palabras mayores. En la India, sabemos que la planta se cultiva y se usa desde hace 5000 años, aunque seguramente sea mucho más. Alejandro Magno, a través de sus conquistas en Asia y norte de África, lo llevó a la Grecia clásica. Hernán Cortés descubrió campos de cultivo de algodón durante su conquista de América, concretamente en México. Couyche es el nombre que le daban los indígenas y a día de hoy se sigue cultivando, siendo en concreto la especie conocida como Gossypium hisutum.
De entre todas las especies de algodón, las más extendidas son:
- Las de América (Gossypium hisutum, de altura media) cuyas fibras son blancas, largas y finas.
- Las de Asia (Gossypium arboreum, las más altas, llegando hasta los 2 metros de altura), con fibras más cortas, de color más amarillo y algo más ásperas al tacto que otras variedades.
- Las de Egipto (Gossypium herbaceum) y resto de África, con fibras muy larvas, suaves y blancas.
Y es que desde que el ser humano se viste, hasta los años 50, la ropa de cualquier lugar del mundo estaba compuesta por fibras naturales (algodón o lino) o animales (seda o lana). El impacto de la actividad agraria en la sociedad, por lo tanto, ha sido capital en la historia del vestido. A día de hoy, las fibras sintéticas son las que dominan el mercado textil de forma abrumadora. Los bajos costes de producción, unidos a la maleabilidad y diversidad de fibras producibles, han conseguido desplazar a un segundo plano la materia prima que ha vestido a la humanidad. ¿Por qué no nos subimos a ese carro, entonces? Bueno, tenemos razones de todos los colores, pero la más importante es ofrecer ropa de calidad, sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Beneficios de la ropa interior de algodón orgánico
Como ya sabéis, en Dabooty nos preocupamos por el planeta. Y decir esto de forma generalista es una forma de hablar muy ligera. La filosofía que nos sustenta parte de la base de que los recursos son limitados y la sobreexplotación en cualquier ámbito no solo daña el ecosistema, sino que genera una contaminación adicional en el proceso. También tenemos en cuenta lo que implica a nivel de uso de productos tóxicos en el cultivo y la producción.
Por poner un ejemplo, la tela vaquera utiliza más de medio kilo de pesticidas y fertilizantes químicos en cada pantalón. Se usan insecticidas y pesticidas sin control en los campos de explotación de algodón (con cifras estimadas del 25% del total usados en el mundo). Se añaden productos químicos en cada etapa de la fabricación de la ropa (suavizantes, metales pesados, amoniaco, abrillantadores…).
Todo este proceso acaba contaminando ríos y aguas soterradas, afectando a la salud de los trabajadores que intervienen y en última instancia, a nuestra piel, que es la que tiene contacto con el producto final.
Las prendas de algodón no orgánico nos exponen en mayor o menor medida a estas sustancias, en forma de reacciones alérgicas, eczemas, dermatitis y otras circunstancias como llegar a producir ardores o granitos en la piel.
Vamos a enumerar algunos beneficios de la ropa interior de algodón orgánico:
- Tiene propiedades hipoalergénicas. O lo que es lo mismo, nos protege de los efectos y ayuda a prevenir las alergias en la piel (más si cabe al estar en contacto con la zona íntima, donde en general hay una mayor exposición a humedades).
- Es transpirable. Lo que permite que la piel respire, esté ventilada y libre de olores. Evita la acumulación de humedad y calor, con las molestias, picazón e infecciones que pueden asociarse a estos factores.
- Absorbe muy bien la humedad. Nos mantiene frescos frente al sudor y éste se evapora mucho más rápido.
- Sin químicos añadidos. Respetando el proceso de cultivo de forma sostenible y orgánica, está libre de químicos, a diferencia de otras fibras como el lino o la seda, que se exponen a diferentes agentes en su proceso de producción y confección.
- Durabilidad. Las prendas de algodón aguantan mejor el paso del tiempo frente a lycra y otras fibras sintéticas. Conservan sus propiedades pese al uso prolongado y continuos lavados.
- Suave al tacto. El contacto con la piel proporciona confort y bienestar, como si no llevaras nada puesto.
- Ayuda a regular el PH de la piel. Esto es muy importante cuando se trata de prendas interiores, ayudando a que no se produzcan ciertas infecciones.
Cómo saber si la ropa interior es de algodón
Después de todo lo que has leído quizás te plantees más seriamente utilizar ropa de algodón orgánico frente a otro tipo de fibras, pero… ¿Cómo me aseguro de que lo es?
Como ya os contamos en Dabooty, para que una marca de ropa sea considerada sostenible debe:
- Tener el certificado GOTS (Global Organic Textile Standard). Te indica que tu ropa fue fabricada sin tóxicos, promoviendo el trabajo digno, sin dañar el medioambiente.
- No producir más de dos colecciones al año.
- Producir unidades limitadas.
- No participar en eventos de consumo masivo como Black Friday.
- 10% o menos de fibras artificiales o sintéticas.
Para asegurarte de esto solo tienes que leer la etiqueta de la ropa y/o la web de la marca a la que vas a comprar.
Por último, una breve reseña del uso de la ropa interior de hombre y mujer en la historia. ¡El ser humano evoluciona!
Ropa interior de algodón orgánico para mujer
La ropa interior femenina comenzó a ser empleada por temas de higiene y abrigo. A lo largo de los años pasaron a ser prendas para moldear y adaptarse a la figura femenina. Los tejidos más utilizados en su fabricación eran el lino y el algodón, los cuales permitían que el cuerpo pudiera respirar y la mujer tuviera libertad de movimiento. A día de hoy está cambiando el paradigma y desde Dabooty queremos aportar también la capacidad de expresarnos a través de ella. Por eso ponemos cariño en cada diseño y cuidamos cada detalle.
Ropa interior de algodón orgánico para hombre
Durante siglos, los hombres usaban medias abiertas entre las piernas. Durante el renacimiento, una especie de bolsa llamada bragueta. En el siglo XIX la ropa interior para hombre era un mono de lana de una sola pieza (tenía también una apertura por la parte trasera para hacer las necesidades). En los años 20 la pieza única se convierte en dos. Los pantalones se empezaron a llamar boxer por su parecido a la vestimenta de los boxeadores y en 1935 aparece el calzoncillo, que conquista el mercado, creciendo durante décadas hasta llegar a nuestros días. Hemos dado muchas vueltas hasta dar con la tecla. Ahora solo queda elegir el diseño y seguir haciendo historia. Eso sí, asegúrate de que sea algodón orgánico.
Ahora que ya sabes todo sobre el algodón orgánico, ¿A qué esperas para echarle un vistazo a todos nuestros productos? Todos están hechos con este material tan beneficioso.
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